miércoles, 12 de diciembre de 2007

15. De visita a las Viejas Glorias

El domingo por la mañana
Diego despertó solo en la cama de Carla. Esta vez sabía perfectamente dónde se encontraba.
Ella estaba de pie frente a la ventana. A estas alturas, Diego tenía una ligera idea de lo que eso significaba.
Incorporándose: “Veo que sigues enfadada.”
Carla se dio media vuelta: “¡Y no te imaginas cuánto! Estoy enfadada conmigo por haber vuelto a caer en tus garras.” (Categórica) “Creo que quedó claro anoche pero, por si acaso, insistiré. La próxima vez que decidas jugar conmigo, no te molestes en llamar a mi puerta. Puedes echarla abajo si lo deseas porque, seguirá cerrada.”
Diego se burló: “No sabía que se te daban tan bien las amenazas.”
Carla: “Puedes pensar lo que quieras. Estoy hablando muy en serio. Dicen que a la tercera va la vencida, y tú ya has gastado tres oportunidades más de las que debería haberte dado, que era ninguna.”
Diego se rió: “La señora, de lo que hace por las noches, se arrepiente por las mañanas.”
Carla: “La señora, no se ha arrepentido nunca de sus noches, hasta ahora.”
Por mucho que ella renegara, la noche anterior había sido la de siempre. Diego estaba de un humor excelente. No tenía ganas de discutir. Se levantó, se acercó a ella y le preguntó: “¿Qué tal si, por una vez, desayunamos?”
Carla le miró entre sorprendida y enojada. Mucho se temía que sus advertencias hubieran caído en saco roto. Al menos el despertar de Diego se diferenciaba considerablemente de los últimos. ¿Buena señal? Le preguntó: “¿Qué te apetece? (Con ironía) Las sirenas con hijos solemos tener la nevera y la despensa llenas.”
Diego sonrió: “Un café con lo que tengas me vale.”
Carla: “Entonces puedes elegir entre galletas integrales, cereales infantiles o tostadas con mantequilla y mermelada de naranja.”
Diego la abrazó: “Tendré que quedarme con las tostadas.”

Cuando estaban desayunando, Diego se acordó del detalle que siempre se le olvidaba: “¿Y tu hijo?”
Carla: “Con su padre. No te hubiera dejado pasar con Joel en casa. Aún no me he perdonado lo de aquella ocasión.”
Diego no hizo ningún comentario.
Carla continuó: “De hecho, también se irá con su padre el próximo fin de semana. George se ha saltado un par en los últimos meses y decidió compensar a Joel con dos seguidos.” Carla pensó que el interés de su marido podría ser el fastidiarla, sabía que no quería pasar el siguiente sin su hijo.
Diego se acordó de la única norma que se había impuesto. Carla no debía regresar a su terreno. Nada de nuevos encuentros en Madrid. Debía mantenerla apartada de su vida diaria. ¿La solución? Establecer como costumbre un terreno neutral cada vez que su hijo no estuviera en casa. No sería muy galante por su parte una negativa rotunda, ante una sugerencia de Carla de ir a verle a Madrid, uno de esos fines de semana. Lo mejor sería evitar la tentación. “Podríamos ir a algún sitio.”
Carla le miró extrañada.
Diego intentó pensar en los sitios típicos a los que se llevaba a una amante: “Paris, Roma, …”
Carla no sabía cómo interpretar la propuesta. Un tanto molesta: “¿No se te habrá ocurrido la feliz idea de intentar contentarme con un viaje de fin de semana?”
Diego se rió. Con ella no. Había viajado por media Europa, y seguramente por medio mundo, en su etapa de modelo. Intentar comprarla con un viaje sería absurdo. De todas formas bromeó: “Todo el mundo tiene un precio, sólo tendría que averiguar cuál es el tuyo.”
Carla, irritada: “Te aseguro que todo tu dinero no podría pagarlo.”
Diego continuó con la broma: “¿Estás segura?”
Lo que había contrariado a Carla era que, él, podría ser el único hombre de su vida que no hubiera pagado su precio antes de entrar en su cama. Prefirió alejar el tema: “Lo consideraré. George puede cambiar de opinión. No sería la primera vez que lo hiciera. En cualquier caso, lo organizaría yo.”
Diego pensó lo mismo, lo mejor sería abandonar la cuestión: “Entonces, ¿qué le apetece hacer hoy a la señora?”
Carla puso cara de incredulidad, seguramente no acababa de oír bien. Sarcástica: “¿No tienes que correr a coger el avión de vuelta?” Normalmente era lo que él hacía, salir a toda velocidad de su cama.
Diego soltó una carcajada: “No. Dado que la señora está libre, pensaba pasar el día con ella. Pero, ya veo que la proposición no le ha hecho gracia.”

El martes, en el despacho de Diego
Carla le llamó por teléfono: “George me ha confirmado su intención de quedarse con Joel este fin de semana. ¿Sigue en pie tu propuesta del viaje o, te has arrepentido?”
Diego. “No he cambiado de opinión.”
Carla: “Entonces te comunico que he elegido… Roma. (Burlona) Allí podrás hartarte de ver viejas glorias, ya que tanto parecen gustarte últimamente.”
Diego, con el mismo tono que ella: “No sabía que la señora era, además, rencorosa.”
Carla: “No lo soy.” Simplemente le gustaba pincharle. “Para que te quedes tranquilo, te informo de que respetaré tus gustos sibaritas. Por experiencia sé que los hoteles en Roma suelen dejar bastante que desear. Reservaré un cinco estrellas.”
Diego no pudo evitar una sonrisa, no había quien pudiera con ella. Era uno de los motivos por los que le gustaba.

El viernes, en el aeropuerto de Roma
Diego llegó en un vuelo anterior. La esperó en el aeropuerto impaciente. No le gustaban las esperas pero, lo cierto es que esta vez su impaciencia se debía, aunque no lo reconociera, a que tenía ganas de verla. La divisó a lo lejos, con su paso elegante, "años de pasarela" supuso Diego, y el disfraz de ejecutiva que tan bien le sentaba.
Cuando llegó a su altura, Carla le saludó con una sonrisa: “Señor de la Vega.”
Diego, divertido: “Señora Marín.”

El sábado por la mañana le despertó a las 7:30 para ir a ver la Capilla Sixtina. Diego rezongó, ya había estado.
Carla le respondió: “No lo dudo. Pero, conociéndote, lo que sí pongo en duda es que la hayas disfrutado. La Capilla Sixtina merece sentarse y recrearse con cada detalle.”
Finalmente Diego accedió pero, únicamente para demostrarle lo equivocada que estaba. A cabezota, no le ganaba. Malhumorado, tuvo que hacer cola a la entrada de los Museos Vaticanos. No era un hombre acostumbrado a esperar colas precisamente. Carla parecía entusiasmada, así que probó a hacer lo que ella le aconsejaba. Se sentó y contempló lo que a Miguel Ángel le había costado pintar años. Estuvieron allí casi dos horas, hasta que se la llevó a rastras a otra sala, también abarrotada. Lo cierto es que ella tenía razón, esta visita no tuvo nada que ver con la que realizó tiempo atrás.

Por la tarde, en el foro romano, Carla le dijo: “Señor de la Vega, creo que debo contarle algo. Hoy es el cumpleaños de esta vieja gloria. (Con sutileza) Rodeados de ruinas de cerca de 2000 años, no me importa confesarle mi nueva edad: 38.”
Diego la miró. Nadie lo diría.
Carla continuó: “Para celebrarlo, le invito a cenar en uno de los mejores restaurantes de Roma. Espero que le guste. Le advierto que para conseguir la reserva he tenido que emplear (con un guiño) todo mi encanto.”

Diego había viajado mucho, la mayor parte primero por estudios y, luego, por negocios. No se viaja a demasiados sitios por placer cuando se está solo. Este viaje con ella fue distinto, lo había disfrutado. Lo que no había esperado era que Carla hablara italiano. Su respuesta fue una risa y un "me alegra saber que aún guardo algún pequeño secreto".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Katha,

Me ha gustado mucho que por fin Diego se divierta un poco,y empiece apareciar las cosas buenas ...y me ha gustado más que Carla se lo ha hecho notar...Dos en compañía se lo pasan mejor.
Disfrutaré de lo lindo cuando un día se despierte sólo, pero sólo, sin ella en la habitación y la eche de menos.
¿tardarás mucho?.
Me reitero,un capítulo fabuloso.

Aislyn.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho este nuevo capítulo.
SObre todo en la parte que demuestra que se lo puede pasar bien, en compañía de otras personas, que ayudan a ver las cosas de una forma diferente, a como se hayan visto en otra ocasión.
Te he dejado otro comentario antes, pero se ve que no lo he debido hacer bien, porque no queda reflejado.
Aislyn

Anónimo dijo...

No me lo puedo creer ,llevaba cinco minutos escribiendote y se me ha borrado..........

Basicamente creo que decia:

Hola Katha como siempre decirte que me han gustado mucho tus capitulos nuevos o como quieras llamarlos.
Que se nota que pones cada vez mas empeño y esmero en hacerlos. Que me encantan esos dialogos tan cuidados , con mucha imaginacion y bien escritos.
Que dijiste que investigas y todo para que sea lo mas real posible, como el caso de los vinos..........
Que se nota que disfrutas mucho con ellos y a mi me haces disfrutar.

Me resulta dificil dicernir entre el Diego de la serie y este.
Desearia que Diego sufriera mucho por todo lo que esta haciendo en Bea.
Pero aqui en tu relato me alegro que por una parte deje esa cara de vinagre que siempre tenia, empiece a disfrutar de la vida , a saborearla, como el viaje a Roma.........
Pero no creo que pueda seguir manteniedo esta relacion a distancia ,esta muy pillado y aunque al principio quiere mantener a Carla alejada de su vida ordinaria no sé si Carla se lo va a permitir........

Esperare con impaciencia la continuacion.
Muchos besos Katha a tí y a tu pequeñin.
Rosa.s

Anónimo dijo...

Hola Katha, al leer un mensaje de ayer en el blog de Bea, me he quedado alucinada!!!!!!!!!.
Sabia que habias indagado algo, pero me parece que has hecho un estudio exhaustivo para que todos los detalles sean los más fieles a la realidad.
Te felicito, estas haciendo un "como dicen ahora" un periodismo de investigacion.(Cibeles, caza, vinos...)
Muchas gracias por tomarte tantas molestias.
Como sabes me encantan tus historias tan cuidadas y sobre todos esos dialogos.

Muchos besos.
Rosa.s

Anónimo dijo...

Yo también había leído el comentario en el blog de Bea,desde luego has hecho un buen trabajo.

A la hora de escribir eso es bueno y siempre se debe hacer,lo que tiene mérito en que lo hagas para una historia para fans pues algunos escritores profesionales no se toman esas molestias y prefieren escribir mal antes que tomarse la molestia de informarse un poco.
Mis felicitaciones

Y bueno,sigo diciendo lo mismo,demasiado le ha concedido Carla a Diego,le haría falta complicarle un poco las cosas xD.
Por cierto me ha encantado todo lo respectivo al viaje,porque Roma me encanta ^^

Un beso

AVENOC dijo...

Feliz Navidad Khata!
Como siempre estupendas tus historias...
Besos,
Avenoc