jueves, 15 de mayo de 2008

26. De sorpresa en sorpresa

Cuando llegó de nuevo ante el despacho de Sandra dirigió la mirada hacia dentro. Su amiga parecía enfadada a la par que preocupada. Tomó aire antes de llamar a la puerta de cristal. Sandra levantó la vista. Pareció sorprendida al verla allí. No había advertido su presencia fuera del despacho durante la pelea con Diego. Entró y la abrazó.
- ¿Cuándo has llegado? - Apreciaba a su amiga, pero el tono de la pregunta delataba que no era el mejor momento para una visita.
- Hace rato. Venía a verte y lo he presenciado todo.
Suspiró.
- Supongo que hay imágenes que valen más que mil palabras. Mi hermano sigue siendo el mismo de siempre. No desaprovecha una oportunidad para salirse con la suya.
Carla, con tristeza:
- Sandra, jamás me he metido en la vida de nadie, a excepción del asunto de Álvaro, pero... ¿qué quería Diego de ti?
- ¡Qué pregunta! ¡Qué va a querer! Lo de siempre: el mando, las riendas, el poder.
- No te lo pregunto por curiosidad, necesito saberlo.
Se fijó en ella. Había cierta ansiedad en sus palabras.
- Nadie se enterará por mí de nada de lo que me cuentes.
Eso era cierto. Discreta, amiga de sus amigos. No era algo que conviniera airear, pero en ella se podía confiar.
Carla escuchó en silencio, con la mirada perdida, lo que Sandra le relató de su disputa con Diego.
- Estoy segura de que su mano anda por medio. Nunca ha asimilado no ser él el director. No es la primera vez que recurre a alguna treta para conseguirlo.
Carla negó con la cabeza.
- Me temo que disiento. Más bien diría que acaba de averiguarlo y ha acudido a sacar provecho de ello. – El Diego que había dejado tras la comida poco tenía en común con el que encontró en Bulevar. Suponía que se habría puesto al corriente de la situación en algún punto intermedio.

No entendió porqué Carla, que acababa de llegar de Londres, y desconocía el tema, parecía tan segura al decir que no estaba de acuerdo en que Diego tuviera algo que ver con el asunto. Ella comprendió su duda.
- He comido con él y creo que no estaba al tanto de lo que me has comentado.
La contempló atónita. ¡Carla comiendo con su hermano! La última vez que se vieron en Bulevar parecían dos contrincantes midiendo sus fuerzas.
- De hecho, he venido esta mañana de Londres... con él.
Sandra estaba estupefacta. Sospechaba lo que eso significaba.
Carla aclaró:
- Después de lo que le acabo de oír... y poniéndome en plan melodramático... podríamos decir que en los últimos meses hemos dado rienda suelta, él a sus bajas pasiones... y yo... a mi amor... por media Europa.
¡Dios santo! ¡Estos dos juntos! Pero, ¿cómo? Ahora comprendía que Carla necesitara conocer el motivo de la discusión. Intuía que ella habría reprendido a su hermano por su comportamiento y éste, fuera de sí, le habría soltado alguna barbaridad. Daría así por finalizada una relación que no entendía que pudiera haber empezado siquiera. Decididamente eran demasiadas cosas para una sola tarde. Se dirigió a Carla, que parecía cabizbaja en su silla:
- Creo que hoy necesitamos esa copa más que la última vez.
Ella levantó la vista y le dijo con amargura:
- En esta ocasión sería capaz de tomármela, sólo que, no puedo.
Cerró los ojos esperando no oír...
- Vas a convertirte en tía.
Lo que acababa de escuchar.
Carla prosiguió:
- Diego no lo sabe.
- Te has vuelto loca. - No era una pregunta, sino una afirmación. Lo dijo con pesar. No había otra explicación para que la Carla que ella conocía de toda la vida, la sensata, la que tenía los pies en el suelo, y la mujer que tenía delante fueran la misma persona.
- No me mires así, Sandra. Sólo olvidamos las precauciones una noche... y podría echársele la culpa al vino.

Recordaba aquella noche. Copenhague, la cena en el Tívoli, la mesa con vistas al lago, el parque iluminado... Diego, encantador como sólo él podía serlo cuando quería, insistió en que probase el exquisito vino que había elegido. Su sonrisa al brindar “por las hermosas sirenas”... Ella respondió al brindis con un “por los tiburones”. El final de la velada en un café con música, los sorbos que tomó de aquel cóctel “apto para golosas”, como lo había denominado él con ironía.
Cuando llegaron a la habitación había intentado ponerse seria:
- Diego, creía que tenías claro que no te hacía falta emborracharme para llevarme a la cama.
Bromeaba, no estaba ebria, pero, a ella, que nunca bebía, un poco de alcohol le bastaba para achisparse.
Diego se había reído y había continuado la broma.
- ¡Hum! Podrías haberme avisado antes... y me hubiera evitado las molestias.
Le quitó el abrigo con galantería, apartó su melena con una caricia y la besó en el cuello.
Era capaz de hacer que una mujer se sintiera querida... sin serlo.

5 comentarios:

Noa dijo...

katha... INCREIBLE!!!! Carla embarazada.. de DIEGO!!! madre mia!!! y mas ahoar que se habian mosqueado, puff que dilema, auqneu imagino qu eya tendras todo pensado ehh, tengo ganas de saber que es lo qu epasa, en serio me has dejado con mucha intriga de si se lo dira a diego o no y si es asi de como se lo dira... en serio pon el siguiente cuanto puedas que estaremos aqui para leerlo

Muchos besos

Elena Rosa de Plata dijo...

TU NOS QUIERES MATAR A TODAS xDDDDDD

Dios mío apenas hemos salido del disgusto de estos dos ¡y ahora está embarazada! Chiquilla,qué arte,nos vas a tener a todas con el corazón en un puño hasta la próxima entrega de tu historia...cosa que nos hace falta en la serie de Yo Soy Bea.

Espero que lo del embarazo no sea motivo para que Carla sea más blanda con Diego,sino que sea Diego quien se ablande y cambie...porque supongo que este embarazo influirá en el futuro de los dos ¿no?

Que a todo esto,tu Carla y la de la serie solo se parecen en el blanco de lo ojos además del nombre,claro.Como ya dije en el blog antes de ayer o el otro día,la de YSB es más petit suise,más yogurín,más criaja y demasiado lanzada.No me gusta demasiado,ni siquiera para el pobre de Benito

Muchos besos!!

PD:Me gustaría que Sandra siguiera saliendo porque la echo de menos en la serie

Anónimo dijo...

Katha, para nada me esperaba que ella estuvieses embarazada. O lo de Olarte esa una señal??

Sorprendente acontecimiento, pero que va a hacer Diego??
Bueno me imagino que Carla hasta que las cosas no se aclaren con Diego no dira nada.
Estoy deseando saber que has pensado para que Diego enmiende el enredo y Carla le perdone.

Y estoy de acuerdo con Malagueña , me esperaba una morenaza espectacular y me he encontrado un niña con la sonrisa peremne.

Besos, Rosa.s

AVENOC dijo...

Esto se pone interesantísimo!!!!
Um el capítulo anterior estaba muy bien pero este supera con creces a los anteriores...¡Carla embarazada de Diego! ¡Dios! esto si que se complica.... La reacción de Diego ¿como será? ¿se lo contara o no se lo contará? Y la situación de Carla es un poco deprimente. Pobre, pensar que el "animal" de Diego sentía algo por ella y oir de su boca y estando embarazada todas esas malas palabras...
Katha te sales chica...A ver que pasa que he empezado a leer la última entrada que has puesto y me he dado cuenta de que era una anterior...¡que decepción!

Por cierto que para mi es más importante sentir el arte que saber de el...uno puede no saber nada de un artista o de lo que representa un cuadro ¿te dice algo el cuadro, te remueve algo por dentro? pues es justo ahí donde está el arte, lo demás se puede leer en los libros pero si no te trasmite nada eso no lo vas a encontrar en ninguna parte...
Seguramente mucha gente pondría peros a esto, pero yo lo veo así.
Besos Avenoc (esperando ansiosa la próxima entraga)

AVENOC dijo...

aich! Que no, que no esta repetido el capítulo...es que lo había leido por encima y me había parecido...¡perdón! voy a leerlo atentamente perdona...
Saludos, Avenoc