sábado, 27 de diciembre de 2008

Mi cuaderno nuevo

Estreno cuaderno. Me quedan un par de páginas del antiguo, pero he cogido el nuevo entre mis manos, he abierto la tapa, he pasado los dedos sobre las páginas blancas, sin cuadrícula, y he sentido el impulso de escribir, la necesidad de compartir algo tan trivial como es el estrenar un cuaderno. No es que sea una gran noticia, no creo que alcance el estatus de noticia siquiera, pero el hecho de poner tinta sobre el blanco casi azulado, sobre el tacto liso de las hojas, me ha emocionado de alguna forma. Me ha recordado a los tiempos de mi niñez, al inicio de las clases tras el verano. Cuando poníamos el nombre en los libros y, sobretodo, en los cuadernos. Lo hacíamos en la primera hoja que, aún no sé porqué, quedaba vacía, salvo por aquel nombre, tu nombre, pulcramente escrito, seguido de ambos apellidos. Empezar este cuaderno en estos momentos me ha dado la ilusión de ser algo más que escribir en un conjunto cualquiera de hojas agujereadas, de láminas de papel unidas por una doble espiral de metal. Me ha dado la alegría de un comienzo, de una nueva expectativa. Quiero salir del túnel en el que yo sola me estoy sumiendo. No puedo, ni quiero, ni voy a dejarme llevar por la amargura, por la tristeza, por la añoranza. Es un tópico, pero cada amanecer, cada nuevo día, debe vivirse aprendiendo cada segundo, disfrutando cada instante, no simplemente sobreviviendo. No quiero decir que no debamos parar, que no sea positivo detenerse, permitirse un lapsus en el camino. Algo que nunca entendieron en mi familia, que un momento de relax puede ser tan o más enriquecedor que un sinfín de actividad. Unos minutos conmigo misma mientras garabateo estas líneas, con vosotras, a quienes tengo en mente mientras los trazos azules surcan la página. ¿La manchan? No, en mi opinión los sentimientos, los pensamientos sin rencor, sin maldad, no ensucian ni malgastan el papel.

Sólo quería compartir con vosotras que tengo intención de salir de esta especie de callejón, de esta "tontería" que tengo encima últimamente.

Por cierto, se me olvidaba algo. Cuando los cuadernos se sustituyeron por los archivadores ganó la salud de nuestra espalda, esa que tengo destrozada por las malas posturas y por un pitufo trasto que cada día pesa más. Ganó nuestra espalda, pero la magia del cuaderno nuevo se perdió. Eso sin contar con mi desorden innato entre un mar de hojas sueltas.

Aislyn, vosotras también habéis pasado a formar parte de una pequeña "familia cibernética", a la que tengo mucho cariño. No os siento en modo alguno como como unas desconocidas.

Muchos besos a todas.

Gracias por estar ahí, por seguir al otro lado.

PD: Voy a hacer algo que me cuesta mucho, voy a confesaros mi verdadero nombre, el que se esconde tras mi nick. Un nombre muy corriente, pero que, a pesar de ello, guarda su pequeño encanto, como lo hacen todos los nombres por comunes que sean. ¿Influye en nosotros nuestro nombre? El mío es uno de ópera, trágica, como supongo que serán todas las óperas y, casi siempre, olvidada: Carmen.

Contaros mi verdadero nombre es como "salir del armario". Katha es una adaptación personal de Katrina, un nombre que siempre me ha atraído. Katha me ha dejado volar la imaginación en rosa, me ha dejado mostrar una parte de mí, la ilusión por escribir, que no sabía que tenía, me ha permitido conoceros a vosotras. Pero de alguna forma hecho de menos mi nombre. Puede que el motivo sea que ya no me importa que se sepa... "que le doy al fucsia", es más, empiezo a decirlo abiertamente. Me da igual lo que piensen. Como os comentaba el otro día, creo que lo importante es sentirse bien con uno mismo. No le hago mal a nadie con el rosa. Escribo en mis ratos libres, en el trayecto al trabajo, o en el de vuelta a casa, en las horas que le robo al sueño. Dejo volar mi imaginación y, en ocasiones, mientras hago cosas mecánicas, echo en falta ese boli que sea extensión de mi mano, o más bien de mi cabeza.

Estoy un poco loca, lo sé, pero una pizca de locura es sana. Lo insano es estar absolutamente cuerdo.

Un último detalle. He cerrado el cuaderno tras finalizar el párrafo anterior. He pasado de nuevo mi mano sobre la portada y me he sentido tranquila. Sólo lo he abierto de nuevo para contároslo.



Esto lo escribí, con alguna pequeña modificación, el día 23 de camino a casa, en un momento de euforia.

5 comentarios:

Elena Rosa de Plata dijo...

Qué bonito!!

Son muy diferentes estas palabras a las que hemos leído últimamente.

Yo también soy un poco hiperactiva y necesito estar moviendome, hacer cosas,no quedarme sentada en el sofá sin más, viendo la tele.Pero también soy de las que se paran a pensar un poco,a reflexionar,aunque normalmente,más que parar...camino.Lo que suelo hacer,es irme de mi casa al centro andando,que se tarda como una media hora o un poco más en llegar,con mi música y me suele servir para despejarme

Pues hija,la espalda la tendremos mejor por el archivador pero sigo prefiriendo un cuaderno. Más que nada porque de cuando cogía apuntes a mano en clase,los guardaba en carpetas...y me empiezan a faltar ya, tanto carpetas como sitio en mi cuarto.Al menos las libretas ocupan algo de menos sitio.

Y bueno,sobre tu nombre,ya me contaste la historia por correo pero no la recordaba tan extensa ;-).

Solo me queda añadir,que todos los artistas estamos un poco locos xD,porque como tú dices, no tiene nada de malo un poco de locura.Si no,que se lo digan a Dali.

Muchos besos!!

Katha dijo...

Malagueña,

Lo de ir andando lo hacía yo hasta antes de tener el pitufo. Iba andando un par de estaciones, disfrutando del paseo. Pero ahora, entre el pitufo y el trabajar aislada en el fin del mundo, mis antiguas caminatas se han convertido en un lujo que no me puedo permitir. Lo cierto es que las hecho un poco de menos.

Yo no me describiría como una artista. Simplemente, cuando escribo, me siento bien, estamos solos el papel, o teclado, mi imaginación y yo. No me siento como una piltrafa.
Lo de estar un poco loca es independiente de mi reciente afición a la escritura. Eso lo he estado siempre.

De todos modos, ya os cuento que eso lo escribí en un momento de euforia. Digamos que mi ánimo ha decaído un poco. Aunque seguiré adelante, nada de dejarse achantar.

Besos

AVENOC dijo...

¡Hola Carmen¡
Por alguna extraña razón es como si siempre hubiera sabido que ese era tu nombre. Un Nombre precioso. Carmen “Poema” en latín. En realidad encierra tu esencia.
Me alegra que el revelarnos tu nombre te sirva de autoafirmación “Si esta soy yo y además ¡Sorpresa! Escribo un estupendo Blog seguido por mucha gente. Me hace sentir bien, me reconforta, me complementa con el resto de mi vida, me da ánimos, en definitiva me hace más feliz”.
Hoy solo puedo decirte ¡Gracias! Por compartir con nosotras tus historias fucsia, tus sentimientos y hoy tu nombre. Gracias guapa. Solo espero que encuentres el camino, bueno, no lo espero, creo que ya lo has encontrado.
Besos
Avenoc

Anónimo dijo...

Hola:
Me alegro mucho de que estés más animada y que el estreno del cuaderno sea un nuevo comienzo. Me gusta tu nombre y que te hayas decidido a compartirlo con nosotros.
Te deseo lo mejor para este año que está a punto de comenzar y espero también que esté lleno de historietas fucsia o del color que quieras.
Un beso
Rosann

Sra de Zafón dijo...

Carmen, me encanta que te des al fucsia.
Quiero desearte un año nuevo lleno de ilusiones, con eso en principio basta, te lo aseguro :-)

(Me ha devuelto tu correo uno que te envíe hace días , volveré a escribirte el año que viene :-)
un beso