viernes, 26 de octubre de 2007

6. Diego y su victoria (II): El despertar

El despertar

Cuando llegó a Londres, Diego se propuso acostarse con Carla sin que nada fuera diferente a la frialdad y al distanciamiento que mantenía en el resto de sus "relaciones". Sin embargo, con ella nada era igual, no podía serlo. Se había obligado, al menos, a marcharse después pero, aquello tampoco pudo ser. En cuanto hizo ademán de irse, ella, con aquellos ojos, le había susurrado "no te vayas" y él, que no podía reconocer que no quería irse, se había quedado.

Carla no podía dejarle marchar, si se iba, como suponía que hacía con el resto, indicaría que había estado equivocada y, esta vez, necesitaba creer que había significado algo para él. Pensó en su hijo, Joël a veces se despertaba más tarde los fines de semana. Diego tenía pinta de ser como ella y levantarse al alba, podría irse antes de que Joël lo viera. Sin embargo, cuando ella se levantó, Diego seguía dormido y, allí, en su cama, dormido, Diego no parecía tan fiero. No se sintió con fuerzas para despertarlo y echarlo de su casa tras haberle pedido que se quedara. Lo malo fue que Joël se despertó pronto. Joël estaba acostumbrado a ver a la novia de su padre en casa de éste, de hecho, siempre le preguntaba: "¿Tú no tienes novio, mamá?" "No, cariño", le respondía ella. "Pero, papá tiene novia", insistía su hijo. Ante todo, habría que mostrar naturalidad delante de Joël.

Diego despertó solo. Le llevó un par de segundos darse cuenta de dónde estaba. ¡Maldita sea! Pretendía haberse marchado pero, habían bastando una mirada y un ruego para que él claudicara. Se suponía que iba a ser un simple revolcón pero, era levemente consciente de que había sido mucho más. Aquello se le estaba escapando de las manos y eso, le puso de mal humor. ¿Dónde estaba ella? Estaban en su casa así que, no podía andar muy lejos. Ella le había dejado toallas limpias en el baño. Se dio una ducha pero, el mal humor todavía le duraba cuando acabó. Salió de la habitación y la vio a ella con su hijo. Casi había olvidado que tenía un hijo hasta que lo vio.
Carla, ante su cara de enfado, se acercó a él y le dijo en voz baja: "Diego, por favor, es la primera vez que mi hijo ve un hombre en casa. Intenta controlarte."
(El único hombre que había ido a su casa era Álvaro, el día que fue a cenar. Cuando él llegó, Joël ya estaba dormido y luego se fue tras la cena.)
Diego pensó que a los otros los echaba antes.
Carla se acercó a su hijo y le dijo: "Joël, te voy a presentar a un amigo de mamá."
"Hola", dijo el niño.
Diego lo miró sin responder, no le gustaban los niños.
Carla continuó: "Diego es de España".
Joël: "¿De España? ¿Cómo Álvaro?"
Diego sintió llenarse de ira al oír aquel "¿cómo Álvaro?". Debería haber supuesto que Álvarito también había pasado por su cama.
Carla le afirmó a su hijo. Había percibido la reacción de Diego al oír el nombre de Álvaro. Le dijo a su hijo: "Cariño, ve a coger los juguetes para llevarlos al parque."
Joël: "¿Diego también viene al parque?"
A Diego le horrorizó la idea. ¡Un lugar lleno de mocosos chillones! ¿No se le habría ocurrido a ella la absurda idea de que iba a ponerse a formar parte de su vida por un par de noches?
Carla se rió: "No, Diego tiene que coger el avión para volver a Madrid."
Joël: "Yo también monté en avión con mamá y con Beth para ir a Madrid."
Carla: "Claro, mi amor. Anda, ve a por los juguetes."
Tras irse Joël, Carla mira muy seria a Diego y le dice: "Diego, Álvaro Aguilar y yo jamás hemos compartido cama. Pero, aunque así hubiera sido, yo no te he preguntado por tus amantes."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es dificil ver al Diego que tú quieres representarnos aqui, después del capitulo de ayer en Bea donde Francisco le pide las pastillas para el corazon y él no hace nada.
Pero siempre he pensado, que Diego también tendra su corazoncito, pero donde??? no se si alguna vez lo sabremos.

Estoy deseando seguir leyendo la continuación.

Besos , Rosa.s