domingo, 12 de octubre de 2008

35. Debilidad

Furioso, echó a Richard de su despacho. No permitía que nadie, y menos un afeminado, por muy conocido de toda la vida que fuera, pusiera en tela de juicio su actividad sexual. Todo por negarse a contratar a la modelucho que él había seleccionado. Le indicó que acudiera a las agendas de Gonzalo y Alvarito. Seguro que allí le sobraban candidatas donde elegir. Fue entonces cuando él, evidentemente molesto, comparó sus gustos en mujeres. ¿Quién diablos se creía? ¿Pensaba que aquel par de ineptos sin dos dedos de frente eran mejores que él por intentar tirarse a cuanta minifalda se cruzara en su camino? Él sabía mantener ese tipo de asuntos en un plano aparte. Además, prefería las arquitectas, economistas, abogadas. Las mujeres con cerebro, aunque sólo fuera para pasar un buen rato.

Lo que le sacaba fuera de sí era que no le faltaba razón. Había pasado de una vida sexual plena a una... desastrosa. Hasta la fecha, los jadeos y gemidos de sus compañeras de alcoba le habían proporcionado el placer de las cosas bien hechas. Ahora llegaban a irritarle... porque no eran los suyos. Le gustaba escuchar los de ella, le estimulaban, le excitaban. La presión de unos dedos sobre sus hombros, antaño otro motivo de satisfacción, apenas soportable sabiéndolos distintos a los suyos. Los roces de ellas... prácticamente insufribles al cerrar los ojos y recordarla recorriendo su cuerpo. Sus manos, su boca. Inevitable la comparación entre los intercambios habituales y lo que había saboreado a su lado.

Pero, para su absoluta sorpresa, lo que añoraba eran los momentos de callada intimidad, a los que nunca concedió importancia. Los ratos en el sofá cuando ella, tras acostar al niño, y ganar por unos días su particular batalla contra la gomina, jugaba con su pelo. Cuando, envuelta en sus brazos, le miraba con aquellos ojos que hablaban sin necesidad de palabras. O el calor de su piel desnuda al dormir. Instantes de debilidad en los se planteaba si olvidarla no sería la opción equivocada e ir a buscarla la correcta. A diferencia de él, no era orgullosa, pero sí tenía amor propio. Estaba seguro de que le daría con la puerta en las narices. Él no era ningún pusilánime que se dejara doblegar por un sentimiento, cuanto menos para gimotear frente a su cancela.

5 comentarios:

Noa dijo...

Hola wapa!!! no te habras tiradomucho con estas historias pero estan genial,como siempre, el mosqueo de diego, que bueno, me e reido y me a dado pena, pero eso le pasa por cabezon,me encanta tu diego, y pobre richard... auqneu me e imaginaod la escena... y me partiaaaaa de ver a yn diego mosqueado y a richard ahi con su abanico indestructible... jajajajajja

A estado muy bien y como cayetana y sandra se daban cuenta, una mas que la otra pero las dos enterandose... muy bueno la verdad.

Bueno esperamos mas historias, y tomatelo con calma wapisima, que nosotras podemos esperar, en serio.

Muchos besos y que todo te vaya genial

Ciaoooo

Noa dijo...

el otro comentario era mio, lo que pasa que me habia comido una palabra y por eso lo e borrado y telo e puesto de nuevo jeje

Elena Rosa de Plata dijo...

Diego tiene la cabeza muy dura xD.
Desde luego, como el título del primer mini,va de mal en peor... y por otro lado, en sus momentos de "debilidad" empieza a plantearse dar una solución a todo aquello. Pero mientras siga teniendo esa cabezonería y ese orgullo (que se comprara con el de ella),jamás llegará a ningún sitio.

Por un momento, cuando he leído lo de que el cartel de Carla había desaparecido y que había discutido con Richard,he pensado "O_O este es capaz de decirle a Richard de que convenza a Carla para que vuelva a hacer otro trabajo ocasional".Ha sido un lapsus xD.Luego he recordado que Diego no es tan cobarde de recurrir a otros para "recuperarla" o volver a verla.

Me ha gustado el detalle de Cayetana para hacer hincapié en que hasta su otra hermana,más ajena a todo,se está dando cuenta de los cambios de Diego.

Muchos besos guapa,como te dice Noa,tú tranquilidad y disfruta del resto del puente con la family.

Anónimo dijo...

Hola Katha:
Me gusta que Diego sufra, pero sigue siendo arrogante y se cree mejor que los demás, pero ¿realmente es mejor?
Álvaro y Diego eran mujeriegos, pero ¿no lo es él? Ha usado a Carla también y ahora se lamenta, aunque no lo reconoce abiertamente. Es justo que sufra un poco.
Besos
Rosann

Anónimo dijo...

Hola Khata,

Aunque las historietas sean cortas, de extensión, para mí dicen mucho. Como era aquello, "lo bueno si breve pues dos veces bueno".
QUe Diego se de cuenta de que la añora, yno sólo por su inteligencia y su cuerpo es lo que más hondo me ha calado. Que dé importancia a las situaciones cotidianas que vivieron juntos, es lo que me ha enternecido más. Para mí esa es una buena forma de cimentación de una relación.
Veo que soy la última en hacer un comentario, me tendré que pasar más a menudo por tu blog, que siempre disfruto un montón.
Saludos.
Aislyn