martes, 14 de octubre de 2008

37. En lo cierto

Tenía que confirmarlo. Si alguien podía hacerlo, esa era Sandra. Hubo una época en la que ambas parecían uña y carne. Carla fue a hablar con ella tras despedirse de él. Sandra lo sabría.

Entró en tromba en el despacho de su hermana y arrojó sobre su escritorio la revista que le había arrebatado a Bárbara.
- ¿Es cierto?
- ¿Dónde has dejado tu educación?
- ¿Es cierto? – Reiteró, señalando el semanario.
Sandra echó un ojo a la hoja que le indicaba. El nombre de Carla en el titular captó su atención de forma inmediata. Cogió la publicación entre sus manos y leyó para sí:
“George Manley y Carla Marín, tras un largo periodo de negociaciones, han hecho efectivo su divorcio. Algunas fuentes apuntan que el empresario podría formalizar ahora su compromiso con su novia, la modelo y actriz, Erinn Watson.
Por su parte, Carla podría haber rehecho también su vida. Hace poco renunció a su puesto de ejecutiva en W Woman y se trasladó fuera de Londres, donde ha regresado temporalmente con motivo de los trámites. Por el cambio que se advierte en su figura podría estar esperando un hijo con una nueva pareja.”

¡Tenía que llegar! ¡Sabía que tenía que llegar! Carla no era cualquiera, era muy conocida en los medios editoriales. Un par de apariciones en público con Álvaro habían tenido su reflejo en el papel couché. Le extrañaba que su relación con Diego no hubiera saltado a la prensa.
Miró a su hermano con aire indiferente, sin moverse de su sillón.
- ¿Y bien? Es una mujer divorciada. No veo que ello te incumba a estas alturas.
- No te hagas la tonta, Sandra. Sabes muy bien a lo que me refiero.
- Como comprenderás, la vida de su ex no me concierne en absoluto.
Diego apuntó al artículo con un dedo y la miró con fuego en sus ojos. Había entendido perfectamente su pregunta.
- ¿Te importa?
- ¿Es mío? - Su aspecto denotaba auténtica furia.
Se levantó airada, enfrentándose a él desde el otro lado de la mesa.
- ¿Necesitas preguntarlo? ¡Ya veo que no tienes ni idea de con quien has estado!

¡Era verdad! Estaba embarazada y... ¡era suyo! Reaccionó. En aquel papelucho ponía que había abandonado la ciudad. Se dirigió a su hermana:
- ¿Dónde está?
- ¿Acaso te interesa?
Apoyó las manos sobre la mesa para imprimir fuerza a sus palabras.
- No me hagas repetirlo una segunda vez.
- No lo sé. Me comunicó que se iba, pero no a dónde.
No la creía. Si le había confesado que iba a ser tía, también lo habría hecho con su paradero.
- ¿Pretendes que te crea?
- Sospecho que prefirió no arriesgarse. No se fiaba de tus métodos. No sé qué diablos le dirías, pero no quiere volver a oír nada de ti.

Su cara reflejó incredulidad. ¿No le había narrado la escena a la salida de Bulevar?
Sandra meneó la cabeza.
- Una vez más me demuestras que no la conoces en absoluto. Se lo guardó para ella. Jamás me lo hubiera contado. Como tampoco lo hizo motu propio con vuestro primer encuentro. Con sólo verla aquella mañana me di cuenta de que algo le pasaba. Un par de respuestas evasivas y unos silencios me bastaron para averiguar el resto.
Su hermano no pareció inmutarse, sólo replicó:
- ¿Dónde?
- Aunque estuviera al tanto, tú serías la última persona con quien compartiría dicha información. Y ahora, - tajante – haz el favor de salir de mi despacho.

¡Maldito genio de la Vega! Debería haberle dicho que no tenía de qué preocuparse, que el bebé era de otro. Pero había podido con ella el que dudara de los sentimientos de Carla, que pensara que se había metido en otra cama al día siguiente. ¡Su ira! No había mostrado la más mínima preocupación por ella. Embarazada, sola y, a diferencia de ella misma, ni siquiera le inquietaba saber cómo se encontraba. Tal vez Carla había estado en lo cierto al querer evitar esto. Quizás, aunque tarde, había comprendido cómo era su hermano.

9 comentarios:

Noa dijo...

Los pelos de punta... la verdad que con cada historia me sorprendo mas de como es tu diego... alucinante, me a encantado en serio katha, ahora el diego que quiere recuparla, y espero que tarde para que se de cuenta de lo que ha perdido de momento, Me encatna tu diego.

Bueno os dejo que tengo qu ehacer cositas, en cuanto puedas sigue, tu tranquila wapa, muchos besos

Elena Rosa de Plata dijo...

Sigo pensando lo mismo ¡pero mi que es ceporro el tío! ¡Lo que le ha costado darse cuenta! Arrogante como creo que decía Aislyn en la entrada anterior y cabezón como él solo.

Y mira tú por donde, que el perfeccionista se olvidó de todo lo demás ese día. Anda que...

Me ha parecido muy bien la actitud de Sandra,de no decirle nada sobre Carla.Tiene mucha razón,no se ha preocupado por ella aunque imagino que es porque ha sido muy terco y se ha dado cuenta de lo que le importa hasta que la ha perdido.

Tú dices que yo!!Pero tú también has sido algo malilla :P

Un beso!!

Elena Rosa de Plata dijo...

Por cierto, no veas que lata lo de ponerle los numeros, no hacia falta darte tantas molestias mujer

Katha dijo...

Chicas,

Me temo que me explico como un libro cerrado.
Si os fijáis bien, Diego no dice en ningún momento que la quiera recuperar. En "¡Mío!" Diego acaba furioso al darse cuenta de que ella sabía que estaba embarazada antes de dejarlo y se fue sin contárselo. Está enojado porque ella se ha llevado algo suyo sin decírselo, porque no tiene derecho a quitarle algo suyo. (Es Diego)
En "En lo cierto", entra en el despacho de Sandra "en tromba". Sandra le despide enfadada porque lo único que le ha preocupado es saber si el niño es suyo. Ni siquiera le ha preguntado por ella. Sandra está preocupada por Carla y Diego no ha mostrado la más mínima preocupación. Esta claro que antes no, pero ahora que sabe que está embarazada, y que la única familia que tiene Carla en el mundo es su hijo, que ha dejado su casa para no saber nada más de él, no piensa en cómo estará ella, en si se encontrará bien. Quizás si Diego se hubiera mostrado de otra manera, sin furia, inquieto por el bienestar de ella, Sandra hubiera actuado de otra manera. De todas formas Sandra le ha dicho la verdad: no sabe dónde está.

Malagueña, no seas mala :-) Por una vez que el hombre se suelta el pelo ;-). No, habéis de tener en cuenta que se había tomado un par de copas de vino y después otra copa en el café. Que ella le dice (a su manera) que le quiere, que aunque no lo reconozca está loco por ella, que le gusta desde que era un adolescente... Supongo que después de tanto tiempo no lo recordaréis, pero es a la mañana siguiente de esa noche, el domingo de Copenhague, cuando él dice que definitivamente ella es una bruja. Una bruja que ha conseguido lo que no ha hecho ninguna: que se escape por un momento de su frialdad, de su propio autocontrol.

Por cierto, ¿por qué he sido malvada? :-)

Besos

Elena Rosa de Plata dijo...

Hola guapa, gracias por la aclaracion.De todas maneras, sabía que se me olvidaba un adjetivo: egoista xD. Aunque no sabría bien si llamarlo así o llamarlo posesivo.

Sí, sí me acuerdo del momento bruja y es verdad que se soltó la melena esos días y en realidad me refería a eso.Que tanta frialdad y perfeccionismo, con amor, se perdió.

Eres malilla porque también dejas la cosa ahí en el aire :P. Francamente no tanto como yo (porque eso es para mí un deporte :D)

Besos guapa!!

Noa dijo...

muchas gracias por ponerlo, acabo de ver ahora los correos, Malagueña tiene razon, Y si malagueña es ams mala que tu XDD pero me encantan vuestras historias, cada dia qu ellego a casa me meto para verlo.

Bueno os dejo, muchos besos ciaooo

Anónimo dijo...

Hola Katha:
Lo primero que se me ocurrió al leer las dos historias es que Diego es un egoísta, sólo se preocupa por él porque Carla le ha dejado al margen.
Después de leer tus explicaciones, creo que no iba muy desencaminada.
Diego está desconcertado y furioso porque no ha llevado las riendas de la relación. Espero que Carla no se deje intimidar por él y le ponga en su lugar.
Besos
Rosann

Katha dijo...

Hola chicas,

Calma. Diego es todo lo que habéis dicho, pero ahora, sobretodo, está en estado de shock. El frío tiburón apenas está asimilando que está enamorado. Enterarse así de que va a ser padre no le resulta fácil. Está enfadado con ella y ya veréis porqué.
Paciencia, nuestro tiburón tiene que sufrir un poquito más.

Besos

Anónimo dijo...

Hola Khata,

Este último trozo ha sido increíble pero, aunque comparto la opinión de que Diego es de una tozudez digna de mejor causa, al confirmarle su hermana que el hijo es suyo, creo que ha visto las puertas abiertas.
Si, porque en los "trocitos de cielo" anteriores has remarcado mucho (y con que sensibilidad) que Diego la echa en falta, que la añora, y que le gustaría recuperarla. Ahora tiene la excusa ideal.
Como tú dices está impactado por una noticía que no esperaba, por eso no se preocupa de preguntar por su estado de salud(como refleja la opinión de Sandra)...
Por lo tanto se muestra enfadado, dolido, furioso...pero al fín y al cabo estos estados sólo le sirven para disimular que está enamorado.
Esperemos que sepa aprovechar la ocasión que se le presenta, y que Carla lo disfrute...a conciencia.


Hasta la próxima. Aislyn