Besos
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Colgó el teléfono. No habría esperado aquella llamada. “Cuida de ella”. No había olvidado el día que la conoció, como sucedía en esas películas que no veía, en un avión con destino Nueva York. Por problemas de overbooking al embarcar, le cambiaron el pasaje a business, en lugar de turista, donde viajaba siempre. La Universidad no le hubiera pagado un billete de otro tipo. La azafata le indicó su sitio: en el lateral, colindante al pasillo central. El de la ventanilla habría sido demasiado pedir. La ocupante del preciado asiento miraba hacia fuera. Al sentarse él, se dio media vuelta. Le dedicó un “bon jour” y una sonrisa. Sus gustos en mujeres se inclinaban hacia las rubias de ojos claros, azules o verdes, pero algo en aquella sonrisa le cautivó al instante. Se ajustó el cinturón y se mentalizó para el despegue. No se acostumbraba a la velocidad que cogía el aparato, a la sensación de "saltar" al vacío. Una vez pasado el mal trago les ofrecieron una bebida y un aperitivo: ¡cocktail de gambas! No los cacahuetes a los que estaba acostumbrado. Su vecina agradeció a la auxiliar el singular refrigerio. ¿Cuántos años contaría? En apariencia apenas pasados los veinte.
Sus colegas de trabajo le definían como alguien reservado, una rata de laboratorio o de biblioteca. No solía entablar conversaciones con desconocidos, por más que esta vez no le hubiera importado hacer una excepción. Sacó uno de los últimos artículos que había publicado, motivo de su asistencia al congreso, y repasó los puntos de su exposición. La había preparado minuciosamente, pero prefería ocupar el tiempo en algo. La joven se absorbió a su vez en un libro y unos papeles. No pudo evitar observarla de reojo. Parecían notas. ¿Estaría estudiando? Intentó centrarse en la presentación que debía realizar, pero su mirada se escapaba furtiva de los documentos hacia ella. Un precioso perfil. Una oreja pequeña que recogía tras de sí mechones de un pelo negro y brillante. ¿Cómo sería sostener entre las manos aquella melena? Nariz recta. Ni corta, ni larga. Perfecta. Una boca... dibujada para besar. Ojos oscuros. Tanto... que apenas se distinguía el iris de la pupila. Enmarcados en unas pestañas larguísimas que, al igual que el resto de su rostro, no precisaban de maquillaje superfluo. Una belleza natural.
Volvió a su tarea. Inquieto, se rebulló en el asiento. Al parecer de forma bastante notable porque la chica levantó la vista de los folios y le preguntó, en un francés con ligero acento:
- ¿Incómodo?
- No. De hecho, creo que este es el viaje más confortable que haré nunca.
¿Cómo se le ocurría reconocer delante de una mujer que habitualmente volaba en una clase inferior? Había sido una clara equivocación. Sin embargo, ella se rió.
- A veces me pregunto si elegir business en los trayectos transoceánicos es un capricho o una necesidad.
Por lo visto viajaba a menudo.
- Lo que me angustia es el vuelo en sí, el avión. No puedo evitar estar nervioso.
Otro traspié más. ¿Se podía saber qué le pasaba aquella mañana?
- Las estadísticas indican que se trata del medio de transporte más seguro. - Objetó ella con fingida seriedad.
- ¿Qué sugieren sobre la tasa de supervivientes? - siguiendo la broma.
- Creo que no son muy halagüeñas a ese respecto.
- Me lo temía. - En este caso fue él quién exageró una cara de preocupación.
La respuesta fue una sonrisa, acompañada de un gesto complicidad, y el tópico:
- Tengo confianza en que hoy no sea el día del piloto.
- Yo también. - Sonriendo a su vez. La próxima vez no le importarían los problemas de overbooking.
Su interlocutora se interesó por su revista especializada.
- ¿Trabajo?
- Uno de esos tediosos congresos en el que todos los ponentes pretenden haber propuesto, o desarrollado, algún proyecto innovador. Yo incluido.
- ¿He de deducir que todos los participantes son pues unos pretenciosos?
- ¡Hum! No le faltaría parte de razón... - señaló sus hojas – a no ser, que me encuentre junto a otra ponente y esta acabe de ser la metedura de pata de la jornada.
Soltó una carcajada.
- No. Por esta vez, a salvo. Me quedo a nivel de estudiante.
- ¿Viaje de estudios?
- No, trabajo. Igualmente aburrido, pero muchísimo menos intelectual. - Le tendió la mano derecha. -Mi nombre es Carla.
Estrechó aquella mano de largos y aristocráticos dedos entre la suya.
- Jean.
En aquel momento les interrumpió la azafata, que distribuía la carta para que seleccionaran entre las opciones del catering. Bastaba una ojeada para comprobar que tenía poco que ver con el de la clase “económica”.
Ella dio buena cuenta de su plato. Extraño en las muchachas de su edad, que comían como pajaritos para mantener una figura escuálida. Incluso solicitó una ración extra de pan y de aquella “deliciosa” mantequilla. De haber sido un hombre, la auxiliar le hubiera ofrecido todo el preciado alimento disponible a bordo, aún a riesgo de privar de él al resto del pasaje.
Después de la comida su ocasional compañera de viaje se durmió y él acabó echando una cabezada. Le despertó la azafata: anunciaba que restaba poco para aterrizar y era necesario prepararse. No pudo evitar mirar con malos ojos a aquella, quizá otrora, empleada ejemplar, que no había hecho sino importunar durante todo el trayecto.
Tras el aterrizaje, la consecuente espera en la rueda de equipajes. Momento en el que uno observaba impaciente dar vueltas a los mismos bultos sin que la maleta propia apareciera. Surgía entonces la duda de si la susodicha habría desaparecido en alguno de los dos aeropuertos o se hallaría flotando en mitad del océano. De nuevo la casualidad hizo que el equipaje de ambos hiciera su salida casi a la par. Cada uno cogió el suyo. La ninfa le ofreció otra vez la mano, a modo de despedida, antes de dirigirse hacia la aduana:
- Un placer, Jean. Espero que el congreso no resulte demasiado monótono.
- Gracias, pero me temo que eso será del todo imposible. - Desde luego difícilmente podría compararse al viaje.
Esperó al que debía haber sido su verdadero compañero: su amigo Santi. Hijo de inmigrantes españoles. Expresivo y vehemente cuando la oportunidad se terciaba:
- ¡Maldito seas! ¡Es la última vez que embarco el primero!
- Lo siento. No elegí que me adjudicaran plaza en business.
- No, pero ya veo que la has disfrutado a conciencia. - Aludiendo, con un movimiento de cabeza, a la joven que se alejaba.
- Ocupaba el asiento de al lado. Una mujer encantadora.
- ¡No me lo puedo creer! ¿En serio no sabes con quién charlabas? De forma bastante amigable, a juzgar por las apariencias.
- No.
- ¿En qué mundo vives en los últimos tiempos?
Entre sus investigaciones, sus clases...
- ¡Carla Marin! - Ante su cara de alelado - ¡Por dios! Hay fotos suyas en cualquier quiosco de París. ¿Te pones orejeras cuando vas a comprar el periódico?
No distaba mucho de la realidad. Iba directo a su diario habitual, sin curiosear las primeras planas del resto de prensa. El rancio hombrecillo que regentaba el puesto no daba pie alguno para ello.
- ¿Actriz?
- ¡Modelo! Hazte un favor, deja tus libros o, visto lo visto, acabarás como Don Quijote.
Santi exageraba. No siempre había sido así. En no pocas ocasiones habían terminado los encuentros académicos probando alguna cama del lugar. De hecho, su camarada se quejaba amargamente de que él, con sus ojos azules, su pelo panocha y su cara de niño bueno, se las llevaba de calle. De un año a esta parte, todos sus esfuerzos se centraban en conseguir la ansiada plaza en el cuerpo de profesores universitarios. Desde ese punto de vista, sí, vivía en otro mundo.
Miró hacia la puerta por donde ella había desaparecido. ¿Qué oportunidad cabía de volver a encontrarse con una conocida modelo? Ninguna.
La alarma de su móvil le devolvió al presente. Le advertía que sólo restaba media hora para la conferencia.
PUT THE BLAME ON MAME
From the film "Gilda" (1946)
Anita Ellis (Film Soundtrack) - 1946
When Mrs. O'Leary's cow
Kicked the lantern in Chicago town
They say that started the fire
That burned Chicago down
That's the story that went around
But here's the real low-down
Put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Mame kissed a buyer from out of town
That kiss burned Chicago down
So you can put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Remember the blizzard, back in Manhattan
In eighteen-eighty-six
They say that traffic was tied up
And folks were in a fix
That's the story that went around
But here's the real low-down
Put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Mame gave a chump such an ice-cold "No"
For seven days they shovelled snow
So you can put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Besos
PD: He reeditado esta entrada en respuesta al comentario de Elvira. Se rumoreó que la voz de esta parte de la canción era la de ella, y al parecer así lo defendió Rita Hayworth en sus últimos días. Sin embargo, creo que eso se desmintió por parte de los estudios. Aquí, como en las otras dos, la dobló Anita Ellis. Se trataba de algo común porque, según he averiguado, también doblaron a Ava Gardner en Show Boat, la cual no he visto, por muchos esfuerzos que hizo Ava en cantar con su propia voz.
En cuanto a la canción, es parte primordial de la película. Es la que tararea Gilda en su primera aparición, cuando levanta la cabeza con la melena al vuelo (os la dejé en "Noche de Reyes", gracias a youtube y los que allí comparten cosas). Sin embargo, para mi decepción, he visto un trozo de película doblada en el que Gilda tararea otra. Un error en mi opinión.
Aquí, con Gilda triste, vulnerable, sin máscara, es otra pieza fundamental. Para rematar con ella de auténtico sex-symbol, según se comenta, borracha, vengándose del hombre que ama y que tanto daño le está haciendo.
Dejo una nueva etiqueta, Gilda, por si queréis visionar las otras partes. El otro tema, Amado mío, no me llama tanto la atención como este, pero supongo que también acabaré dejándolo.
Besos
Buenas noches,
Os dejo de nuevo una canción, en esta ocasión en las voces de Antonio Carmona y Alejandro Sanz. El primero no me emociona y, en mi modesta opinión, el segundo no canta, no tiene voz para ello, pero, aun así, la canción me gusta.
Dulces sueños.
Para que tú no llores
Se fue con las arenas del mar
Buscando su destino,
Palpito entre las sombras sin más
Y nado en el vacío.
Reina el silencio en este oscuro lugar
Nada es eterno todo llega al final.
Tan solo sé que busqué y que busqué
Lo que este mundo me duele y me da.
Para que tu no llores así
No pierdas la esperanza
Sé que llegará, llegará.
(Bis)
Me muevo con la gente que va
Cargada de recuerdos.
Confío en la persona que da
Su amor sin conocerlo.
Aún queda tiempo para echarnos a andar,
No me preocupa si te encuentro al final,
Tan solo sé que busqué y que busqué
Lo que este mundo me duele y me da.
Para que tu no llores así
No pierdas la esperanza
Se qué llegará, llegará.
(x 4)
Añado la letra, sobre la que he destacado algunas partes por cuenta propia.
Labios Compartidos
Maná
Amor mío
Si estoy debajo del vaivén de tus piernas
Si estoy hundido en un vaivén de caderas
Esto es el cielo, es mi cielo
Amor fugado
Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado
Te vas a otros cielos y regresas como los colibrís
Me tienes como un perro a tus pies
Otra vez mi boca insensata
Vuelve a caer en tu piel
Vuelve a mí tu boca y provoca
Vuelvo a caer de tus pechos a tu par de pies
Labios compartidos
Labios divididos mi amor
Yo no puedo compartir tus labios
Y comparto el engaño
Ni comparto mis días y el dolor
Yo no puedo compartir tus labios
Oh amor, oh amor
Compartido
Amor mutante
Amigos con derecho y sin derecho de tenerte siempre
Y siempre tengo que esperar paciente
El pedazo que me toca de ti
Relámpagos de alcohol
Las voces solas lloran en el sol
Mi boca en llamas torturada
Te desnudas ángel hada luego te vas
Otra vez mi boca insensata
Vuelve a caer en tu piel de miel
Vuelve a mí tu boca duele
Vuelvo a caer de tus pechos a tu par de pies
Labios compartidos
Labios divididos, mi amor
Yo no puedo compartir tus labios
Que comparto el engaño
Y comparto mis días
Y el dolor
Ya no puedo compartir tus labios
Que me parta un rayo
Que me entierre el olvido, mi amor
Pero no puedo más
Compartir tus labios
Compartir tus besos
Labios compartidos
Te amo con toda mi fe, sin medida
Te amo aúnque estés compartida
Tus labios tienen el control
Te amo con toda mi fe, sin medida
Te amo aún que estés compartida
Y sigues tú con el control...
Besos y abrazos cibernéticos.
Después del tiempo juntos la ruptura sólo les provoca dolor:
Como hace algún tiempo que no os dejo música, regreso a las viejas costumbres con una canción, un poco nostálgica, de Suzzanne Vega: Caramel
Caramel
It won't do
to dream of caramel,
to think of cinnamon
and long for you.
It won't do
to stir a deep desire,
to fan a hidden fire
that can never burn true.
I know your name,
I know your skin,
I know the way
these things begin;
But I don't know
how I would live with myself,
what I'd forgive of myself
if you don't go.
So goodbye,
sweet appetite,
no single bite
could satisfy...
I know your name,
I know your skin,
I know the way
these things begin;
But I don't know
what I would give of myself,
how I would live with myself
if you don't go.
It won't do
to dream of caramel,
to think of cinnamon
and long
for you.
Añado en esta ocasión la versión original de una canción que os dejé hace tiempo en la voz de George Michael: I'm calling you. Pertenece a la banda sonora de la película "Bagdad Café", la cual no he tenido el gusto de ver.
"Cry Me A River"
Now you say you're lonely
You cry the long night through
Well, you can cry me a river
Cry me a river
I cried a river over you
Now you say you're sorry
For being so untrue
Well, you can cry me a river
Cry me a river
I cried a river over you
You drove me, nearly drove me, out of my head
While you never shed a tear
Remember, I remember, all that you said
You told me love was too plebeian
Told me you were through with me and
Now you say you love me
Well, just to prove that you do
Come on and cry me a river
Cry me a river
I cried a river over you
I cried a river over you
I cried a river...over you...
Un beso y no olvidéis la bufanda.
Espero que no hayáis pasado mucho frío.
Besos
PUT THE BLAME ON MAME
From the film "Gilda" (1946)
Anita Ellis (Film Soundtrack) – 1946
When they had the earthquake in San Francisco
Back in nineteen-six
They said that Mother Nature
Was up to her old tricks
That's the story that went around
But here's the real low-down
Put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
One night she started to shim and shake
That brought on the Frisco quake
So you can put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
They once had a shootin' up in the Klondike
When they got Dan McGrew
Folks were putting the blame on
The lady known as Lou
That's the story that went around
But here's the real low-down
Put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Mame did a dance called the hoochy-coo
That's the thing that slew McGrew
So you can put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Besos
PD: Añado otra escena de la película: la aparición de Gilda.
Soy un poco pesada, pero me fascina la película: ella, Gilda. Los demás giran alrededor, meros actores secundarios frente a ella.
Yo os dejo una canción que recuerdo desde hace muchos años:
Mad about the boy
Otra más con un rinconcito en mi memoria:
My baby just cares for me
Y, en esta ocasión, aunque no podáis creerlo, no os dejo la versión de George Michael sino a Nina Simone.